Para hablaros de mi contacto con Jack Mircala tengo necesariamente que hablaros de Luis Beltza, el sherif de Beltza Records y uno de esos personajes realmente fáciles de encontrar en la red, especialmente en sitios de música y/o fotografía, sus dos pasiones. A Luis le conocí a través de su página en Flickr, cuando compartía casi de manera compulsiva afiches de cine erótico de los años 70, portadas, fotos de conciertos y mil y una imágenes más.

Luis tiene una de las mejores tiendas de música del estado: Beltza Records, y él mismo es una gran enciclopedia musical. No se qué tal le irá en estos tiempos de MP3, internet y P2P, pero sospecho que siempre habrá hueco para proyectos tan especializados como el suyo, lejos del mainstream imperante. Supongo que su proyecto vivirá eternamente en una especie de eterna crisis, como la del teatro y tantas otras, una de esas crisis que ni matan ni dejan triunfar.

Pero bueno, a lo que iba. Resulta que un buen día recibo un correo de Luis, pidiéndome unas chapas para Jack Mircala. Recuerdo que las tuve que hacer a todo meter, por la noche, ya que al bueno de Jack le corrían una prisa tremenda, porque las quería vender en un puesto del Festival de cine fantástico y de terror de San Sebastián. Yo hice mi labor, Correos la suya, y Jack tuvo sus chapas a tiempo.