¡Y yo que pensaba que esta semana santa iba a ser de recogimiento, tedio y ahorro! :-) Al final se nos cruzó el cable (para variar), y a última hora nos prestaron la furgoneta del curro y nos largamos a Ponferrada, al Freakland 2006, para mí, uno de los festis más interesantes de la zona norte, junto con el Crossroad de Gijón.

Han sido dos días interesantes, si bien nos perdimos a los Monomen (que tocaban el viernes), y por causas de la lluvia se tuvo que suspender la primera concentración de bicis choper. Pero en general, buen rock en un ambiente agradable, que es lo que importa. ¿Gente? La justa, ni demasiado poca, que hubiera deslucido todo, ni ninguna aglomeración que hiciera imposible disfrutar de un buen concierto. ¿Grupos? Pues como descubrimiento me quedo con los Biscuit y The Staggers, un divertidísimo grupazo austriaco que mezcla rock clásico, garaje y surf, logrando que incluso yo mismo moviera mis tiesas caderas. ¿Cervezas? A dos euros y medio la de tercio, aceptable. ¿Ambiente? Muy bueno, aunque ni Leire ni yo somos de los que acaban haciendo amigos en ningún lado (¡maldita timidez! :-D).

Hubo un concurso al más friky que se llevó una chica que no paró de botar en los dos días, aunque para friky, el hombre-orquesta El duente eléctrico, unas risas de tio. Tanto los Black Halos como Baby Woodrose recordaron y dedicaron sendas canciones al recientemente fallecido Kike Turmix.

Los primeros comenzaron un tanto frios, pero se marcaron uno de esos conciertos in crescendo, en el que pusieron toda la carne en el asador, y que terminaron convenciendo al que os escribe no tanto por su musica (que no me entusiasma), como por su actitud y su entrega. Respecto a los Baby Woodrose, reconozco que ya iba predispuesto a que me gustaran, ya que flipé con ellos en el memorable B.A.R. Mientras, el cantante de los macarra Motociclón no se perdía un concierto y el powerpop de los Bubble Gum no nos gustó demasiado.

Pasamos la primera noche durmiendo en la furgoneta, en el parking de un Carrefour cercano (un poco doblados, porque es una Berlingo y no da para mucho), pero la segunda pillamos habitación en un hostal baratito, y no veaís como cambio el panorama (no hay nada como dormir en una cama) :-)

Para variar, el primer día se me olvidó pillarme el cd que los de Biscuit vendían a la puerta del recinto por 5 euros, y al día siguiente ya no se vendía, por lo que ya estaba comenzando a perder la esperanza de poder pillarlo. Afortunadamente, ayer descubrí Rock Indiana, la discográfica independiente que edita a Biscuit y que vende todo su catálogo a 5 euros. Por ese precio, no hay excusas que valgan, ¿no creeis? ;-)

En fin, y esto es todo lo que ha dado de sí mi semana santa, que de santa ha tenido más bien poco, para qué os voy a engañar :-D