No, tranquilos, que no he cambiado de gustos musicales :-) En esta entrada os quiero contar una cosilla que acabo de leer y que me parece curioso.
Resulta que, según cuentan, poco antes de la guerra carlista, un comerciante bilbaino encargó por carta 100 ó 200 bacaladas, pero se le debió olvidar acentuar la "o" en la petición. El caso es que recibió 1.000.200 bacalaos. El malentendido resultó providencial, porque al poco tiempo Bilbao fue sitiado, y no podía entrar ni salir ninguna mercancía. Semejante stock de bacalao fue una bendición para la población, pero resultaba un poco canso para comer todos los días bacalao frito. Así que los cocineros de la villa se vieron obligados a agudizar el ingenio y a experimentar nuevas recetas. A aquel error tipográfico debemos agradecer, entre otros, el famoso bacalao al pil-pil, plato típico de Bilbao y famoso en el mundo entero.
Ya había oido en alguna otra ocasión la misma historia, pero desconozco su veracidad, ¿alguien puede confirmarla? Por cierto, el texto lo he extraido de la revista del comercio de Vizcaya, editada por CECOBI, concretamente de un artículo dedicado a uno de los negocios con más solera y encanto de todo el casco viejo: Ultramarinos finos, Almacenes coloniales y Bacalao Gregorio Martín, en la calle Artecalle. Una de esas tiendas de toda la vida, que conviene conocer, mimar y valorar.