Hoy en la oficina, cumpliendo con el obligado paréntesis de escaqueo para leer el periódico, me he topado con esta cita de Frank Wilczek, premio nobel de física 2004 (en reconocimiento por sus trabajos en física atómica y por sus estudios sobre aceleradores de partículas): La realidad es inimaginable para la mente humana.
Ahí es nada. Ya lo dice mi novia (sin ser nobel de física, ¡eh!), que a ver quien me dice a mí que lo que percibo como realidad es eso y no otra cosa.
Digamos entonces que lo que yo llamo realidad es un acuerdo tácito entre los humanos, que como más o menos nuestros sentidos nos permiten compartir una visión común de parte de la Realidad (escribo en mayúsculas la realidad, digamos, absoluta o total), llamamos realidad (en minúscula), al pequeño espectro de Realidad percibible por nuestros sentidos así como lo que nuestra limitada mente pueda abarcar de manera abstracta, ¿no?.
De esta manera, más que decir que algo es real, lo propio sería decir que ese algo pertenece a una determinada realidad, vamos, que nuestra piedra es montaña en la realidad de la hormiga, y que tal vez nosotros somos vistos como hormigas desde una hipotética mirada extraterrestre. El hombre este por lo que se ve estudia la realidad a nivel subatómico, y claro, ayudado por sus tecnificadas
gafas (a.k.a microscopios de efecto túnel y similares), es más o menos capaz de ver los ladrillos que forman el polvillo de los ladrillos que forman nuestra realidad, es decir, el mundo microscópico varios niveles por debajo del nuestro. La verdad es que debe de ser un punto haber llegado a esos niveles de comprensión de la Realidad, asomarse al nivel más básico de lo existente y empezar a entender desde la base de qué manera nuestro mundo está cimentado sobre este otro mundo de lo, para nosotros, invisible. En fin, voy a terminar esta divagación que si lo se hoy no abro el periódico :-) Hay que ver cómo me gusta a veces perderme en ensoñaciones...