Llevo unos meses dale que te pego con el tema de comprarme una vespa. No se, a veces pienso que he debido tener un repunte de pubertad o algo así, porque no me explico que ahora, a mis treinta y dos años, me entre esta fiebre inexplicable por algo que hasta ahora ni siquiera remotamente me había interesado. Yo es que de coches y motos lo justo, la verdad. Me saqué el carnet de conducir a la sexta, con veinticinco años o así, y juro por dios que nunca había pasado tantos nervios.

He conducido lo justo para darme cuenta de que no me gusta llevar el coche, así que no entiendo qué circuito neuronal se habrá fundido para que surja en mí esta tardía pasión.

El caso es que no es que quiera comprarme un coche o una moto, no, yo lo que quiero es una Vespa. Y no me sirve cualquiera, si pudiera elegir me encantaría pillarme una primavera antigua o una del 54 como la de arriba, ¿no os parece una auténtica preciosidad? Pero bueno, debe de ser algo general esto de la vespamanía, porque no veaís lo cotizado que está el mercado, sobre todo los modelos considerados clásicos.

Pero bueno, buscando y con paciencia se pueden encontrar vespas con menos glamour por unos 500 euros, que es lo que más o menos puedo pagar. Eso sí, ya me he comprado un libro de mecánica de vespas que estoy dispuesto a empollarme para customizarla a mi manera y hacer de mi vespa algo único y personal. También tengo mi pequeña colección de bookmarks con enlaces a clubs vespistas, tiendas online de recambios y accesorios, sitios de compra-venta de motos... en fin, ahora estoy en esa fase en la que solo me queda encontrar una que me guste y lanzarme a comprarla, con los ojos cerrados, porque esa es otra, ¡no tengo ni idea de motos! No, si ya me lo veo venir, seguro que me endosan algún cacharro que se cae a cachos y yo sin enterarme... en fin, ya os iré contando en qué acaba todo...<